Todos sabemos por qué Popeye el Marino fue fuerte hasta el final, y no fue por el entrenamiento con pesas. Fue por las espinacas, uno de los miembros más saludables del subgrupo de verduras de color verde oscuro. Aquí hay algo que quizá no sepas: Aunque las espinacas se parecen a la lechuga y a menudo se encuentran junto a ella en nuestras ensaladeras, no son lechugas. Pertenece a la familia de las amarantáceas, que también incluye la remolacha, la quinoa y las plantas rodadoras. La lechuga, en cambio, pertenece a la familia Compositae, o margarita, el mayor grupo de plantas vasculares.
Según algunos libros de historia, la lechuga apareció por primera vez cerca de la cuenca del Mediterráneo hace más de 4.000 años. Es posible que los antiguos seres humanos trataran esta planta frondosa y de bajo crecimiento como una molestia y la arrancaran de sus jardines como cualquier mala hierba. Sin embargo, poco a poco descubrieron el valor de la lechuga (y de las ensaladas) como fuente de alimento y empezaron a cultivar la planta. Cristóbal Colón llevó lechuga en sus viajes y la introdujo en el Nuevo Mundo, donde se convirtió en un cultivo popular.
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A lo largo de los años, los agricultores han desarrollado muchas variedades de lechuga con muchas formas, texturas y colores. La mayoría se clasifican en una de estas cuatro categorías: crisphead, romaine (o cos), butterhead y loose-leaf. Las lechugas crisphead incluyen las variedades iceberg, favoritas en Estados Unidos. La lechuga romana es otra variedad popular, especialmente como ingrediente clave de las ensaladas César. Las dos lechugas de cabeza de mantequilla más comunes son la lechuga Boston y la lechuga bibb, que producen cabezas sueltas con hojas pequeñas y tiernas. Las lechugas de hoja suelta, en cambio, no crecen formando verdaderos cogollos, sino que tienen las hojas unidas por el tallo. Este grupo incluye la lechuga de hoja verde, la de hoja roja y la de hoja de roble.
Pero, ¿cuál de estos entrantes para ensalada se considera más saludable? Una pista puede encontrarse en el color de las hojas. Cuanto más se parezcan a las espinacas de color verde oscuro de Popeye, más vitaminas y minerales es probable que contengan. ¿Esto hace que las lechugas romanas y las de cabeza de mantequilla sean más sanas que las de cabeza crujiente? En la siguiente página, utilizaremos datos nutricionales concretos para ver si podemos responder a la pregunta con más precisión.