Cuando una persona pierde el control sobre su forma de beber, a pesar de que le causa un daño potencial, esto puede clasificarse como alcoholismo.
Cuando una persona se vuelve dependiente, la adquisición y el consumo de alcohol se convierte en su prioridad número uno, ante la cual cualquier otra responsabilidad pasa a un segundo plano. Esto suele llevar a la persona a desarrollar una tolerancia al alcohol, lo que significa que necesita cantidades cada vez mayores para sentir sus efectos. También provoca una dependencia física en la que se experimentan síntomas de abstinencia si la persona intenta reducir o dejar de beber.
Si le preocupa su propio consumo de alcohol o el de alguien a quien quiere, hemos resumido los signos físicos de alcoholismo que puede mostrar una persona, así como el apoyo que Priory puede ofrecer.
Alcoholismo: los signos físicos de advertencia
Hay numerosos signos de alcoholismo, y pueden variar de una persona a otra. A continuación enumeramos algunos de los síntomas físicos más comunes:
- Aspecto desaliñado: la higiene y el aseo personal pueden empezar a ser menos prioritarios. La persona también puede tener la piel maltratada y los ojos cansados como resultado de la deshidratación y la falta de sueño, que a menudo se asocian con el consumo excesivo de alcohol. Es posible que huela a alcohol de la noche anterior o que se haya tomado un «abridor de ojos» para mantener a raya los síntomas físicos del síndrome de abstinencia por la mañana.
- Ganar o perder peso – el alcoholismo puede tener un gran impacto en el apetito de una persona. Pueden perder la sensación de hambre o dejar de tener ganas de comer, ya que su atención se desplaza hacia el alcohol. Por otra parte, pueden desear alimentos ricos en grasas, ya que el alcohol produce la hormona gelanina, que aumenta el hambre.
- Enrojecimiento de la cara, especialmente de la nariz y las mejillas: los vasos sanguíneos pueden agrandarse, provocando el enrojecimiento de la cara. A largo plazo, estos vasos pueden dilatarse en exceso, dando lugar a arañas vasculares en la piel.
- Tener infecciones repetidas y llagas en la piel (abscesos) – cuando el alcohol deteriora el sistema inmunológico, esto puede dejar a una persona en mayor riesgo de infecciones. Como el alcohol reseca la piel -nuestra defensa natural contra los agentes patógenos- también puede provocar infecciones cutáneas repetidas.
- Tener dolor o malestar estomacal: las personas con alcoholismo pueden desarrollar gastritis erosiva, en la que el revestimiento del estómago se desgasta. Esto puede hacer que el estómago sangre o desarrolle úlceras.
- Sentir entumecimiento y hormigueo en los pies o las manos
- Inestabilidad en los pies – la parte del cerebro que controla la coordinación y el equilibrio puede deteriorarse bajo la influencia del alcohol. Esto aumenta el riesgo de que se produzcan caídas y accidentes incluso estando sobrio.
- Moretones y lesiones – pueden observarse con mayor frecuencia moretones y raspones inexplicables y los alcohólicos pueden tener reducido el recuento de plaquetas y otros factores de coagulación, lo que les hace más propensos a sufrir moretones. Y lo que es más grave, esta reducción de la coagulación conlleva un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.
- Problemas hepáticos como la cirrosis: el alcoholismo puede provocar problemas hepáticos, como hígado graso, hepatitis y cirrosis. El hígado graso está causado por la acumulación de grasa en las células del hígado. Esto puede derivar en una hepatitis alcohólica, que es la inflamación del hígado. La hepatitis alcohólica puede provocar una insuficiencia hepática y también puede dañar gradualmente el órgano y conducir a la cirrosis. La cirrosis se produce cuando el tejido hepático normal es sustituido por tejido cicatricial, lo que hace que el hígado pierda su capacidad de funcionar bien.
- Un tono de piel amarillo: la ictericia puede ser un signo físico de problemas hepáticos, en los que la piel adquiere un tono marrón amarillento al no poder procesar ciertas partículas en el organismo.
- Síntomas de abstinencia: si se retiene el alcohol, una persona puede mostrar los signos físicos de la abstinencia del alcohol, que pueden incluir temblores, sudoración, náuseas, vómitos, inestabilidad e incluso convulsiones.
Tratamiento del alcoholismo
Si está preocupado por el impacto que el alcohol está teniendo en su vida o en la de alguien que le importa, es el momento de buscar ayuda.
Priory ofrece el apoyo necesario para alguien que busca comenzar su viaje hacia una vida libre de alcohol. Nuestros tratamientos se adaptan al individuo, donde cada persona recibe la atención que necesita para recuperarse eficazmente. Ya sea que se requiera desintoxicación, rehabilitación hospitalaria o terapia ambulatoria, nos aseguraremos de que la persona tenga la ayuda que necesita.