¿Qué son los controles y equilibrios?
Los controles y equilibrios son diversos procedimientos establecidos para reducir los errores, evitar comportamientos inadecuados o disminuir el riesgo de centralización del poder. Los controles y equilibrios suelen garantizar que ninguna persona o departamento tenga el control absoluto de las decisiones, definen claramente las funciones asignadas y obligan a cooperar en la realización de las tareas. El término se utiliza más comúnmente en el contexto del gobierno.
Consignas clave
- Los controles y equilibrios pueden ayudar a reducir los errores y prevenir el comportamiento inadecuado en las organizaciones.
- Son importantes en los negocios cuando un individuo tiene demasiado control.
- Los controles y equilibrios se utilizan más comúnmente en el contexto del gobierno.
Cómo funcionan los controles y equilibrios
El gobierno de Estados Unidos ejerce los controles y equilibrios a través de sus tres poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Funciona como un gobierno constitucionalmente limitado y está vinculado a los principios y acciones que autoriza la Constitución federal -y la estatal correspondiente-.
Los controles y equilibrios son importantes en las empresas y otras organizaciones en las que un individuo puede tomar decisiones que afectan a las operaciones. Los controles y equilibrios pueden costar más dinero y disminuir la eficiencia, pero pueden ser fundamentales para ayudar a identificar los robos internos y externos.
Al separar las funciones de varios empleados en roles claramente definidos, las empresas y organizaciones están en mejores condiciones de garantizar que los empleados o ejecutivos deshonestos no puedan dañar una empresa sin la intervención de otros empleados. Tener este tipo de controles internos en una empresa puede ayudar a mejorar la eficiencia operativa.
Ejemplo de controles y equilibrios
La Constitución de los Estados Unidos proporciona controles y equilibrios para el gobierno de los Estados Unidos a través de la separación de poderes entre sus tres ramas: la rama legislativa, la rama ejecutiva y la rama judicial. La Constitución otorgó capacidades específicas a cada uno de estos tres poderes para garantizar que ninguna sección del gobierno pudiera obtener un poder excesivo sin control.
Los controles y equilibrios son practicados por el gobierno de Estados Unidos de las siguientes maneras. En primer lugar, el poder legislativo es la parte del gobierno que elabora las leyes, pero el poder ejecutivo otorga el poder de veto al presidente, lo que le permite mantener al poder legislativo bajo control. Además, el poder judicial, la parte del gobierno que interpreta las leyes puestas en vigor por el poder legislativo, puede considerar que ciertas leyes son inconstitucionales y anularlas.
Además, aunque el presidente tiene poder de veto, el poder legislativo puede anular un veto del presidente con una «supermayoría» de dos tercios de los votos de ambas cámaras del Congreso. Esto garantiza que el presidente no pueda utilizar su poder en beneficio propio. El poder ejecutivo también puede declarar órdenes ejecutivas, proclamando efectivamente cómo deben aplicarse ciertas leyes, pero el poder judicial puede considerar que estas órdenes son inconstitucionales.
Sin embargo, las órdenes ejecutivas se declaran a menudo en beneficio del país y rara vez se consideran inconstitucionales. Por ejemplo, el 19 de abril de 2016, el presidente Obama proclamó una orden ejecutiva que bloqueaba los bienes y suspendía la entrada a Estados Unidos de todas las personas que se consideraba que contribuían a la situación actual en Libia. En este escenario, el poder judicial se mantuvo firme con la orden del presidente.
En otro ejemplo de poder ejecutivo, el presidente Trump declaró una emergencia nacional el 15 de 2019, en un esfuerzo por liberar miles de millones en fondos para un muro fronterizo propuesto, después de que los esfuerzos para conseguir la aprobación del gasto a través del Congreso no lograron la aprobación.