Editorio ultrasónico
Los dispositivos ultrasónicos funcionan mediante la emisión de ondas sonoras de longitud de onda corta y alta frecuencia que son demasiado altas para ser escuchadas por el oído humano (generalmente se acepta que son frecuencias superiores a 20.000 Hz). Los seres humanos suelen ser incapaces de oír sonidos superiores a 20 kHz debido a las limitaciones fisiológicas de la cóclea, aunque existe una considerable variación entre los individuos, especialmente en frecuencias tan altas. Algunos animales, como los murciélagos, los perros y los roedores, pueden oír hasta bien entrada la gama ultrasónica. Algunos insectos, como los saltamontes y las langostas, pueden detectar frecuencias de 50.000 Hz a 100.000 Hz, y las crisopas y polillas pueden detectar ultrasonidos de hasta 240.000 Hz producidos por murciélagos cazadores de insectos. En contra de la creencia popular, los pájaros no pueden oír los ultrasonidos. Algunas aplicaciones de teléfonos inteligentes intentan utilizar esta tecnología para producir sonidos de alta frecuencia con el fin de repeler mosquitos y otros insectos, pero se ha cuestionado la eficacia de estas aplicaciones y del control ultrasónico de las criaturas plaga en general. El ahuyentador ultrasónico tiene varios efectos secundarios inconvenientes, además de su cuestionable eficacia.
Control de plagas por ondas de radioEditar
El concepto de ondas de radio (RW) o radiofrecuencia (RF) para controlar el comportamiento de los organismos vivos se ha mostrado prometedor. Según los doctores Juming Tang y Shaojin Wang, de la Universidad Estatal de Washington (WSU), con sus colegas de la Universidad de California-Davis y del Servicio de Investigación Agrícola del USDA en Parlier, California, dado que la energía de radiofrecuencia genera calor a través de la agitación de las moléculas de agua unidas, genera calor a través de la conducción iónica y la agitación de las moléculas de agua libres en los insectos. Como resultado, se convierte más energía térmica en los insectos.
Los tratamientos de RF controlan las plagas de insectos sin afectar negativamente a los alimentos ni a los lugares de almacenamiento. Los tratamientos de radiofrecuencia pueden servir como alternativa no química a los fumigantes químicos para el control de plagas después de la cosecha en productos básicos (como almendras, pacanas, pistachos, lentejas, guisantes y soja), reduciendo el impacto a largo plazo sobre el medio ambiente, la salud humana y la competitividad de las industrias agrícolas.