Comercio internacional
El INTERCAMBIO de bienes y servicios entre países a través de las EXPORTACIONES e IMPORTACIONES. Los flujos de comercio internacional han aumentado sustancialmente en el periodo transcurrido desde 1995, con un promedio de crecimiento anual del 6,2%, mucho más rápido que el crecimiento de la producción mundial, cuyo promedio fue sólo del 2,8% en el mismo periodo. En 2002, el comercio de mercancías en valor ascendió a 6.272 millones de dólares, de los cuales el comercio de manufacturas acabadas e intermedias representó el 76%, mientras que los alimentos básicos, las materias primas y los combustibles representaron el resto. En 2002, los servicios comerciales (principalmente la banca y las finanzas, el transporte y los viajes y el turismo) ascendieron a 1.570 millones de dólares. En cuanto a la distribución regional del comercio internacional, predomina Europa occidental, con un 42% de las exportaciones mundiales en 2002, seguida de Asia con un 26%, América del Norte con un 15%, América Latina con un 6%, Europa central y oriental con un 5%, Oriente Medio con un 4% y África con un 2%. Los países industrializados más antiguos siguen dominando el comercio internacional, como muestra la Fig. 100, pero
varios países de reciente industrialización, Hong Kong/China en particular, están pasando a primer plano. Cabe señalar que los 10 principales exportadores representan en conjunto el 56% del comercio total de mercancías. En conjunto, estos mismos países dominaron el comercio de servicios comerciales.
Aunque el comercio entre los PAÍSES industrialmente DESARROLLADOS y los PAÍSES EN DESARROLLO sigue siendo importante (basado en un intercambio de bienes disímiles, por ejemplo, manufacturas intercambiadas por productos alimenticios básicos y materias primas), éste se ve ahora empequeñecido por el comercio entre los propios países industrializados (basado en un intercambio de bienes similares, por ejemplo, automóviles intercambiados por automóviles -.Por ejemplo, los coches se intercambian por coches – véase la TEORÍA DE LA PREFERENCIA-SIMILARIDAD del comercio internacional, especialmente la figura 146).
Otro rasgo importante del comercio internacional es que, mientras que las estructuras de exportación de los países desarrollados se caracterizan por una gama diversificada de manufacturas, los países en desarrollo tienden a ser excesivamente dependientes, para obtener una VENTAJA COMPARATIVA, de uno o dos productos alimentarios básicos o de materias primas. Por ejemplo, la principal exportación de EE.UU. en 2002 (aviones) representó el 7% de sus exportaciones totales y la principal exportación del Reino Unido en 2002 (petróleo) representó el 4% de sus exportaciones totales; en cambio, el cobre representó el 82% de las exportaciones totales de Zambia, el café el 96% de las exportaciones totales de Uganda, el azúcar y la miel el 75% de las exportaciones totales de Cuba y el tabaco el 66% de las exportaciones totales de Malawi.
El comercio internacional se ha complementado durante mucho tiempo con la inversión internacional como mecanismo de asignación y transferencia de recursos, pero en las últimas décadas la INVERSIÓN EXTRANJERA ha cobrado mucha más importancia, con el crecimiento de la EMPRESA MULTINACIONAL (EMN). Las EMN suelen utilizar una combinación de exportación/importación y de inversión extranjera directa conjunta o total en plantas de fabricación y filiales de venta para obtener sus necesidades de insumos y vender sus productos en los mercados de ultramar (véase ESTRATEGIA DE SERVICIOS EN EL MERCADO EXTERIOR). En consecuencia, las EMN tienen una poderosa influencia tanto en el volumen total como en la dirección del comercio internacional.
El comercio transfronterizo se basa generalmente en las VENTAJAS COMPARATIVAS que tienen los países en el suministro de determinados productos, proporcionando la base de una división internacional del trabajo (localización de la producción). Las variaciones de la ventaja comparativa entre países se reflejan tanto en términos de sus estructuras de costes diferenciales (es decir, la competitividad de los precios) como en los diferentes niveles de cualificación (es decir, la competitividad de la diferenciación del producto). Éstas, a su vez, vienen determinadas en gran medida por la dotación de factores básicos del país (recursos naturales, mano de obra y capital) y el grado de madurez económica (nivel de renta per cápita, niveles generales de costes y precios, conocimientos científicos y técnicos, etc.). La disponibilidad de recursos y las competencias indican la gama de productos que un país es técnicamente capaz de suministrar, mientras que los factores de coste relativo, precio y diferenciación de productos dictan cuáles de estos productos es económicamente apropiado que el país produzca, es decir, los productos en los que tiene una ventaja comparativa sobre otros países. La evolución de los países como estados políticos no tiene en cuenta sus puntos fuertes y débiles desde el punto de vista económico. A través del comercio internacional, los países pueden aprovechar sus puntos fuertes económicos, mejorando así su nivel de vida real.
El comercio internacional puede aportar a un país ganancias tanto de consumo como de producción. Este comercio permite a los países consumir algunos bienes y servicios de forma más barata al importarlos, y también obtener algunos recursos y productos de otros países que, de otro modo, serían totalmente inaccesibles porque los productores nacionales no pueden suministrarlos (por ejemplo, una materia prima escasa o un producto de alta tecnología). El comercio internacional promueve la eficiencia productiva fomentando la reasignación de recursos desde las áreas de la economía mejor atendidas por las importaciones hacia las industrias en las que el propio país tiene una ventaja comparativa con respecto a los socios comerciales.
La consideración de los beneficios del comercio internacional sugiere que la optimización de dichos beneficios se logra mejor en condiciones de LIBRE COMERCIO (es decir, la ausencia de restricciones al comercio).es decir, la ausencia de restricciones al comercio como los aranceles y las cuotas), una opinión a la que la comunidad internacional ha dado validez operativa con la creación de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO y la formación de varias ZONAS DE LIBRE COMERCIO regionales. En la práctica, sin embargo, los beneficios del comercio internacional se reparten a menudo de forma desigual entre los países, lo que tiende inevitablemente a producir situaciones en las que el interés nacional se antepone a las obligaciones internacionales, dando lugar a la imposición unilateral de medidas proteccionistas (véase PROTECCIONISMO). Además, la forma en que se han desarrollado los patrones del comercio mundial no ha beneficiado a ciertos países en desarrollo que se han especializado en una estrecha gama de productos básicos para los que la demanda mundial ha crecido lentamente. Las transacciones comerciales internacionales de un país afectan a su BALANZA DE PAGOS, en la medida en que las exportaciones obtienen divisas mientras que las importaciones requieren financiación en términos de divisas. El MERCADO DE CAMBIO actúa como un conducto para la compra y venta de divisas utilizadas para financiar el comercio. Los resultados del comercio internacional de un país afectarán al valor de su moneda nacional cuando se negocia con las monedas de otros países, es decir, a su TIPO DE CAMBIO. Ver GANANCIAS DEL COMERCIO, TEORÍA DEL COMERCIO INTERNACIONAL, INTEGRACIÓN DEL COMERCIO, CONTRAINDICACIÓN, DUMPING.