Se dice que un paciente que tiene dolores de cabeza tantos días como no -al menos 15 días al mes- tiene cefalea diaria crónica (CDH). No se trata de un tipo específico de cefalea, sino de un término descriptivo que se aplica a cualquier tipo de cefalea. Las cefaleas que pueden producirse a diario o casi a diario son:
- Café en racimo
- Hemicrania continua
- Hipotensión intracraneal idiopática
- Migraña
- De tipo tensional
- Mezcla de tipos (más comúnmente migraña y tensional)
Aunque las cefaleas de tipo tensional son las CDH más comunes, son relativamente leves y tolerables. La mayoría de los casos de DCC se incluyen en una de las dos categorías, ambas relacionadas con la migraña.
La cefalea por uso excesivo de medicamentos (de rebote) es una DCC causada por el uso de analgésicos por parte del paciente. Aunque la afección es frustrante e incapacitante, es potencialmente curable.
Un tipo de DCC extremadamente difícil de tratar -y demasiado común- es la migraña transformada. Se trata de una migraña que, con el tiempo, se vuelve cada vez más frecuente y se difumina hasta que se produce un dolor de cabeza de fondo continuo durante las 24 horas del día con síntomas ocasionales de migraña más graves superpuestos. Una migraña transformada se parece más a un síndrome de dolor crónico que a una migraña por su escasa respuesta a los fármacos típicos de la migraña. Algunos investigadores creen que años de migrañas crónicas y frecuentes pueden causar cicatrices permanentes u otros cambios en el cerebro, creando este tipo de DCC intratable que puede no ser curable. Aunque no existe una «bala mágica» para estos casos, muchos pacientes pueden ser manejados eficazmente con una variedad de tratamientos para reducir sustancialmente el dolor y la discapacidad.
Debido a que las migrañas fuera de control pueden transformarse en una HDC difícil de tratar, es muy importante establecer un buen régimen preventivo lo antes posible.
Más del 90 por ciento de los pacientes con HDC tienen problemas psiquiátricos coexistentes, la mayoría de las veces ansiedad o depresión (o ambas). Esto hace que una condición ya desafiante sea aún más difícil de tratar. En general, estos pacientes no mejorarán sin algún tipo de atención psiquiátrica coexistente, asesoramiento, biorretroalimentación o similar. Lamentablemente, pocos pacientes deciden someterse a este paso necesario para mejorar su estado y reducir su discapacidad.