Cambios premenstruales en las mamas

Si eres mujer, es posible que tu médico o ginecólogo te haya recomendado que te examines las mamas cada mes para comprobar si hay bultos. Puede que te preguntes, ¿por qué tengo que hacerme un autoexamen de mamas? O tal vez se pregunte, ¿cómo me examino los pechos y qué es exactamente lo que busco? Pues bien, vamos a hablar de por qué y de cómo examinarse los pechos. ¿Por qué examinarse los pechos? Bueno, para empezar, te ayuda a hacerte una idea de cómo se sienten normalmente. Así, si alguna vez hay un problema, estarás lo suficientemente familiarizada con tus pechos como para detectarlo. Por ejemplo, un bulto en el pecho podría ser un signo de cáncer de mama. La detección de ese bulto podría permitirte hacerte una mamografía antes de lo que podrías haber hecho si no te hubieras hecho la autoexploración mamaria. Pero esto es un arma de doble filo. Muchos grupos de expertos ya no recomiendan la autoexploración rutinaria de las mamas porque las consecuencias del tratamiento excesivo de los bultos benignos o normales pueden superar los beneficios de la detección temprana. Los bultos conducen a mamografías adicionales, que a menudo conducen a biopsias, y las biopsias resultan ser benignas, o normales, en más del 90% de los casos. Pero no siempre. Algunos grupos de expertos recomiendan simplemente el autoconocimiento de las mamas. En última instancia, la elección es suya. Si te vas a autoexplorar las mamas, el mejor día para hacerlo es entre 3 y 5 días después de que termine tu periodo. Los pechos son naturalmente menos abultados justo después de la regla, por lo que hay menos posibilidades de confundir un bulto normal con un crecimiento anormal. Si ya has pasado por la menopausia y has dejado de tener la menstruación, basta con que te examines el mismo día todos los meses. Márcalo en tu calendario para que no se te olvide. Para realizar el examen, túmbate de espaldas, ya que es más fácil detectar cualquier bulto o cambio cuando estás tumbada. Primero, pon la mano derecha detrás de la cabeza. A continuación, con los dedos centrales de la mano izquierda, presiona suave pero firmemente hacia abajo, rodeando todo el pecho. Asegúrate de cubrir todo el pecho derecho. Aprieta suavemente el pezón. Observa si sale algún líquido. Ahora, siéntate y tócate la axila. Cuando hayas terminado con el pecho derecho, repite toda la comprobación en el lado izquierdo. A continuación, ponte delante de un espejo. Con los brazos bajados a los lados, mira ambos pechos. Comprueba la forma de cada pecho. Busca cualquier cambio en la piel, como hoyuelos o arrugas. Fíjate también en si los pezones se dirigen ahora hacia dentro. Ahora, vuelve a hacer la misma comprobación con los brazos por encima de la cabeza. Después de realizar unos cuantos autoexámenes de mamas, te familiarizarás con el aspecto y la forma de tus pechos. En cada examen, busca cualquier cosa diferente, como nuevos bultos, cambios en la textura de la piel o secreción del pezón. Si notas que algo ha cambiado, no te asustes, puede significar muchas cosas diferentes. Pero llame a su médico tan pronto como pueda para averiguar la causa del cambio y, si es necesario, para que lo trate.

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