Cuando se trata de lesiones al correr, tendemos a pensar en dolencias relacionadas con los huesos, los músculos y otros tejidos blandos. Sin embargo, una de las lesiones más comunes con las que se encuentran los corredores tiene que ver con el dolor de los nervios. La ciática se refiere a una sensación aguda y a veces de adormecimiento que recorre la longitud del nervio ciático, desde la parte baja de la espalda hasta la pierna, pasando por el glúteo. Aunque no suele ser una lesión que acabe con la temporada, a menudo justifica una visita a su fisioterapeuta para averiguar la causa principal.
Dado que «ciática» se utiliza a veces como un término general para el dolor de piernas, es importante determinar primero si se trata realmente de un problema nervioso.
«Los síntomas más comunes son el entumecimiento, el hormigueo o el ardor en la pierna o la debilidad en los músculos de la pierna o el pie», explica Ann Wendel, fisioterapeuta y entrenadora deportiva en Alexandria, Virginia. «Algunos pacientes tienen dolor de espalda, pero no todos»
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La ciática es un síntoma, no una causa
Es importante entender que la ciática es un síntoma de un problema mayor en la cadena cinética. Dependiendo de dónde se pellizque o inflame el nervio, un deportista puede experimentar molestias en diferentes partes de la espalda, la pierna y el pie. Quizá la causa más común de la ciática sea una hernia discal, que irrita el nervio. Del mismo modo, la degeneración del disco también puede inflamar el nervio en su raíz, causando dolor y molestias.
En los corredores, el síndrome del piriforme es otro culpable común. Se trata de un músculo situado en la zona profunda de la cadera, detrás del glúteo mayor, que va desde la pelvis hasta el fémur, y que se encuentra junto al nervio ciático y, en una pequeña parte de las personas, pasa directamente por el músculo. El piriforme ayuda a la rotación de las caderas durante la carrera y puede causar dolor cuando se tensa o se inflama durante el entrenamiento. Dado que este fenómeno es bastante complicado, ni siquiera los mejores expertos se ponen de acuerdo en cuanto a cómo y por qué es un problema para algunas personas y no para otras.
«El mejor curso de acción es consultar con un fisioterapeuta cuando el dolor de espalda o de piernas comienza para que pueda ayudarle a identificar los factores que contribuyen», aconseja Wendel. «Los fisioterapeutas son expertos musculoesqueléticos que pueden evaluarte y hacer las derivaciones necesarias en función de tus síntomas».
De hecho, cuanto antes acudas a ver a un experto, menos probable será que acabes con un problema mayor en el futuro.
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