La aplicación de la política monetaria -por ejemplo, cómo sube exactamente los tipos de interés un banco central- difiere entre países e incluso a lo largo del tiempo dentro de un mismo país. Estas diferencias implican que no hay una única respuesta a su pregunta, pero para concretar, consideremos el caso de la Reserva Federal.
Antes de la reciente crisis financiera, la Fed aplicaba principalmente la política monetaria fijando un objetivo para el tipo de los fondos federales, que es un tipo de interés que se paga cuando los bancos piden prestado a otros bancos a un día. La Reserva Federal utilizaba las «operaciones de mercado abierto» para alcanzar ese objetivo; es decir, mediante la venta (compra) de valores, la Reserva Federal reducía (aumentaba) la oferta de reservas bancarias, lo que conducía a un tipo de interés de los fondos federales más alto (más bajo). Sin embargo, tras la crisis financiera y los programas de compra de activos a gran escala de la Fed, el sistema bancario tiene un gran exceso de reservas, lo que significa que el enfoque tradicional para aumentar los tipos de interés ya no funcionará. En su lugar, la Fed pretende afectar al tipo de los fondos federales modificando los intereses pagados por el exceso de reservas o realizando acuerdos de recompra inversa a un día. Ambas políticas implican el pago de intereses por parte de la Reserva Federal a las instituciones financieras con el fin de llevar el tipo de interés de los fondos federales y otros tipos de interés del mercado a corto plazo hacia el rango objetivo a través del arbitraje. (Véase el reciente artículo de Ihrig, Meade y Weinbach en el Journal of Economic Perspectives para obtener una visión global, aunque fácilmente accesible, de cómo la Fed aplicará la política monetaria cuando el FOMC decida que ha llegado el momento de subir los tipos de interés.)
¿De dónde saldrán estos pagos de intereses? Para responder a esta pregunta, debemos entender el balance de la Fed, los ingresos que obtiene de su balance y lo que hace con esos ingresos. La Reserva Federal posee activos -principalmente valores del Tesoro y valores respaldados por hipotecas- que adquirió mediante la emisión de reservas. Los ingresos netos de la Reserva Federal, es decir, los intereses de los activos menos los intereses pagados por las reservas y los gastos operativos, se remiten al Tesoro de Estados Unidos. De hecho, la Fed ha remitido unos 475.000 millones de dólares al Tesoro en los últimos 6 años. A medida que la Fed suba los tipos de interés a corto plazo, sus pagos de intereses sobre las reservas aumentarán y sus remesas al Tesoro disminuirán. (Carpenter et al. (2015, IJCB) ofrece más detalles y proyecciones de cómo pueden ser el balance y las remesas de la Fed en el futuro.)