Antes de dar el secreto para prevenir el bronceado, debes saber cómo los rayos UVA y UVB pueden afectar a tu piel. Los UVA son radiaciones ultravioletas que tienen una longitud de onda de 400-320nm mientras que los UVB se sitúan entre 320-290nm; cuanto más corta es la longitud de onda, mayor es la energía de la radiación. Ambas radiaciones tienen el poder de dañar las capas epidérmicas superficiales de la piel ya que alteran el ADN de las células. Para reducir los efectos nocivos del sol, hay que conocer el factor de protección solar (SPF). El FPS no es más que la medida del número de veces que la piel se enrojece debido a los dañinos rayos solares con protección solar y sin ella. Si tu piel se quema normalmente después de 10 minutos al sol, después de aplicarte un protector solar con un FPS 15, te asegurará que podrás estar al sol sin quemarte durante casi 150 minutos (15 veces más). Sin embargo, esto no significa que compres un protector solar con un FPS extremadamente alto y esperes permanecer al sol todo el tiempo que quieras. Ahora que conoces los conceptos básicos de los rayos UVA, UVB y FPS, te contamos cómo reducir el bronceado, el peor efecto de estos rayos nocivos.