El reciente clima cálido nos ha recordado el impacto del calor y lo mucho que puede afectar a su salud y rendimiento.
Su cuerpo trata de mantenerse fresco para gestionar el calor a través de la sudoración y la respiración, lo que significa que hay una mayor necesidad de más fluidos para reponer lo que se utiliza y para seguir manteniéndose fresco. Cuando se entrena con calor, este proceso se acentúa y crea una mayor necesidad de reponer líquidos.
Se ha demostrado que el impacto de la deshidratación, con sólo una caída del 2% del peso corporal debido a las pérdidas de líquidos (principalmente sudor y respiración), perjudica la capacidad de ejercicio.
Esto sólo empeora con mayores pérdidas de fluidos, ya que el volumen sanguíneo y el gasto cardíaco se reducen, por lo tanto, impactando en la capacidad de oxígeno y la entrega a los músculos de trabajo.
Hay algunos signos y señales de que puede estar deshidratado que también tendrán un impacto en el entrenamiento si los niveles de líquido no se reponen.
- Poca concentración y toma de decisiones
- Disminución del rendimiento de las habilidades
- Ojos y boca secos
- Tiempos de reacción lentos
- Fatiga, sensación de cansancio
- Dolores de cabeza
- Sobrecalentamiento
- Calambres, músculos nerviosos
En lugar de esperar a sentir el impacto de la deshidratación para darte cuenta de que necesitas hacer algo al respecto, mantente al tanto de tu hidratación y preséntate a entrenar hidratado utilizando los siguientes consejos: