1. Mayor presión arterial
El sexo puede ser un gran ejercicio cardiovascular. Tener sexo regular y placentero es fantástico para el corazón y la presión arterial. Sin embargo, si te encuentras viviendo una vida célibe cuando preferirías no hacerlo, tu presión arterial puede empezar a aumentar. El estrés que puede acompañar a la falta de sexo puede exacerbar este síntoma, ya que el estrés también puede hacer que la presión arterial se dispare. ¿Quizás sea el momento de ir al gimnasio para que tu corazón bombee de otra manera? Aquí hay una buena noticia: si te mantienes en forma durante tu periodo de celibato, tendrás mayor resistencia en el dormitorio cuando vuelvas a tener sexo.
2. Un estado de ánimo bajo
Tu estado de ánimo puede caer en picado cuando has pasado mucho tiempo sin sexo. El sexo libera «hormonas de la felicidad», como la oxitocina, las endorfinas y la seratonina, que elevan el estado de ánimo y te hacen sentir positivo y feliz. Estar sin sexo te priva de este impulso. Sin embargo, hay otras formas de levantar el ánimo, como comer chocolate, reír y hacer ejercicio. Salid a correr, llamad a vuestros amigos para alquilar una película de comedia y comprad una gran caja de bombones para compartir (el chocolate negro es el mejor). Si sientes que no sólo tienes un estado de ánimo bajo o un caso de mal humor, sino que te has hundido en la depresión, es crucial que busques ayuda profesional de un consejero y/o un médico.
3. Pérdida de perspectiva
Sin sexo, podemos empezar a sobrevalorarlo de maneras que no son saludables. Si empezamos a tener sexo casual con alguien, podríamos incluso empezar a verlo como una especie de figura salvadora que vuelve a alegrar nuestra aburrida y gris vida. Esto puede suponer una enorme presión para ellos, especialmente si sólo buscan un poco de diversión de corta duración. O puede que empecemos a obsesionarnos con el sexo, y nos encontremos con envidia cada vez que oigamos que uno de nuestros amigos tiene sexo cuando nosotros no lo tenemos. Mantén tu perspectiva sobre el sexo y no envidies a los demás su propia felicidad. Lo último que quieres es amargarte, desesperarte y estar necesitada porque no estás teniendo sexo en este momento.
4. Músculos del suelo pélvico más débiles
Si no estás teniendo mucho sexo en este momento, puede ser el momento de sacar esos Kegels. Sea cual sea tu sexo, el sexo puede fortalecer tu suelo pélvico, lo que ayuda (entre otras cosas) a evitar la incontinencia en la edad adulta. El sexo no es la única forma de fortalecer el suelo pélvico, aunque probablemente sea la más agradable. Un suelo pélvico más fuerte también aumentará su destreza sexual cuando vuelva a tener relaciones sexuales con otra persona.
5. Una cintura más ancha
El sexo puede quemar más de cien calorías por hora. Por lo tanto, tener sexo tres veces a la semana es tan bueno como nadar una vez a la semana. Si llevas un tiempo sin practicar sexo, puede que te encuentres acumulando kilos. Junto con los beneficios cardiovasculares del sexo, esta capacidad de quemar grasa del acto sexual es otra razón para ir al gimnasio si actualmente está algo privado de sexo.
6. Pero, la privación sexual puede conducir a una importante mejora personal
Little Hussy / Via nostringsdating.net
«Muchas personas han perdido peso, se han puesto en forma y han trabajado en su personalidad en respuesta a la falta de sexo. Se hicieron mejores y más atractivos para poder tener más éxito en las citas y en las relaciones sexuales. El deseo de tener sexo era tan fuerte que les motivó a hacer cambios importantes en su vida que de otra manera nunca habrían hecho».