5 consejos de alimentación saludable para desterrar el acné

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¿Crees que eres la única persona en el universo que lidia con el acné adulto? Pues tienes compañía. El acné clínico afecta al 45% de las mujeres de 21 a 30 años, al 26% de las de 31 a 40 años y al 12% de las de 41 a 50 años, según un estudio del Hospital General de Massachusetts.

¿Por qué siguen apareciendo manchas después de la pubertad? Se ha especulado con el estrés, las hormonas, los cosméticos y, curiosamente, la dieta como posibles causas. Aunque la relación entre la alimentación y el acné sigue siendo controvertida -los estudios que relacionan la dieta con el acné son pequeños y no concluyentes-, los cambios en la dieta pueden ayudar; a mí me funcionaron.

Después de sufrir un grave y persistente ataque de acné durante la universidad, empecé a investigar métodos de tratamiento alternativos y me topé con varios estudios pequeños y libros de curación natural que hablaban de cómo cambiar la dieta podía ayudar al acné. Frustrada y dispuesta a probar cualquier cosa, ajusté mi dieta. Reduje los lácteos, el azúcar y el trigo, y comí más frutas y verduras crudas. Para mi sorpresa, realmente mejoró el estado de mi piel.

Si tienes manchas más allá de tu adolescencia, prueba estos consejos dietéticos para ayudar a calmar tu cutis.

Come un aguacate: Un estudio publicado en Lipids in Health and Disease (Lípidos en la salud y la enfermedad) sugirió que los alimentos ricos en grasas saludables (piense en los omega-3) podrían ayudar a reducir las lesiones del acné, además de mejorar la perspectiva mental. Para aumentar su consumo, coma aguacates, frutos secos y semillas crudas, aceitunas y aceite de oliva, y pescado, como el salmón salvaje de Alaska y las sardinas.

Limite los lácteos: Una hipótesis muy debatida dice que los lácteos pueden agravar el acné; hay fuertes opiniones en ambos lados. En el número de septiembre de 2011 de Dermatology World, la revista de la Academia Americana de Dermatología, el doctor William Danby, de la división de dermatología de la Facultad de Medicina de Dartmouth, dijo: «En los pacientes que no tienen antecedentes genéticos de acné, los lácteos no juegan ningún papel. No les provocarán acné. Pero para los que tienen propensión al acné y son susceptibles a los efectos de los lácteos, pueden empeorar mucho su acné».

En mi caso, la supresión de los lácteos pareció desempeñar el papel más importante en la reducción de mis manchas, que por cierto son cosa de familia. ¡Malditos sean papá y mamá! En cualquier caso, pruebe a hacerlo durante dos semanas y compruebe si le resulta útil.

Aumente el zinc: El zinc es vital para la estructura y el funcionamiento de las membranas celulares. Un pequeño estudio turco descubrió que los participantes con acné eran más propensos a tener una deficiencia de zinc que los que no tenían acné. Buenas fuentes de zinc son la carne, los huevos, las setas, los productos integrales y las ostras.

Elige los carbohidratos adecuados: Los cereales refinados y la harina blanca de los panes, las pastas, los panecillos y las magdalenas pueden provocar un rápido pico de azúcar en la sangre, lo que puede contribuir al acné. Por otro lado, comer alimentos de bajo índice glucémico podría mejorar tu piel. Come quinoa, arroz integral, cebada y boniato para satisfacer tus antojos de carbohidratos sin agravar tu cutis.

Enfócate en la vitamina A: Esta vitamina liposoluble es necesaria para la salud de la piel y un estudio en Clinical and Experimental Dermatology sugiere que la suplementación con vitamina A puede mejorar las condiciones del acné en los pacientes. Llénate de boniatos, col rizada, espinacas y zanahorias para aprovechar sus beneficios.

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