Los promotores y expertos en demolición tienen en cuenta varios factores a la hora de decidir cómo demoler un edificio. Entre otras cosas, tienen en cuenta la zona en la que se encuentra el edificio, los principales materiales de construcción, el objetivo de la demolición y cómo eliminar los escombros. Los métodos de demolición pueden ir desde una explosión devastadora hasta un cuidadoso desmantelamiento pieza por pieza, pero en un entorno urbano abarrotado, cualquier técnica debe ser segura para el equipo de demolición y los edificios y zonas públicas circundantes.
Implosión
La explosión es, con mucho, la forma más dramática de demoler un edificio. Consiste en utilizar explosivos para derribar los principales soportes verticales de un edificio, haciendo que éste se derrumbe sobre sí mismo desde dentro hacia fuera. La colocación de las cargas explosivas y la secuencia de detonación son fundamentales para que la demolición sea exitosa y segura. La implosión se utiliza a menudo para demoler grandes estructuras en zonas urbanas.
Para que una demolición tenga éxito, las cuadrillas de explosivos analizan un conjunto completo de planos estructurales para identificar los principales componentes del edificio y determinar si es necesario volar otras áreas además de las identificadas en los planos. A continuación, determinan el tipo de explosivos que deben utilizar, dónde colocarlos en el edificio y cómo programar su detonación.
Brazo de alto alcance
La demolición con un brazo de alto alcance es una alternativa a la implosión y se utiliza normalmente en edificios que alcanzan una altura superior a unos 66 pies. Este método implica una máquina base, como una excavadora, equipada con un largo brazo de demolición que consta de tres secciones o una pluma telescópica. En el extremo del brazo se acopla una herramienta de demolición, como una trituradora, una cizalla o un martillo, que se utiliza para romper el edificio de arriba abajo. La máquina retira grandes trozos de la estructura, y un equipo especial de tierra rompe los trozos y los clasifica para su eliminación.
La demolición con brazo de alto alcance se utiliza en estructuras de hormigón armado, mampostería, acero y materiales mixtos y se considera más segura que la demolición tradicional con bola de demolición para retirar edificios altos.
Bola de demolición
La demolición con bola de demolición, o demolición con grúa y bola, es uno de los métodos más antiguos y comunes de demolición de edificios y se utiliza normalmente para estructuras de hormigón y otras de mampostería. La bola de demolición -que pesa hasta 13.500 libras- se suspende con un cable desde una grúa u otro equipo pesado. La bola se deja caer sobre la estructura o se balancea hacia ella, aplastando simplemente el edificio con golpes repetidos.
Los operadores de grúa altamente cualificados y experimentados deben realizar la demolición con bola de demolición. La suavidad en el control de la oscilación de la bola es fundamental, ya que fallar el objetivo puede volcar o sobrecargar la grúa. El tamaño del edificio que se puede demoler con este método está limitado por el tamaño de la grúa y el espacio de trabajo, incluida la proximidad a las líneas eléctricas. La demolición con bola de demolición genera mucho polvo, vibraciones y ruido.
Demolición selectiva
También conocida como strip-out, la demolición selectiva está ganando popularidad porque permite a los constructores reutilizar o reciclar los materiales del edificio. La demolición selectiva interior y exterior de la madera, el ladrillo, los metales y el hormigón permite el reciclaje y el uso futuro en nuevas estructuras, mezclando lo antiguo con lo nuevo. El objetivo principal de este método es recuperar la máxima cantidad de material primario (reutilizable) y secundario (reciclable) en un procedimiento seguro y rentable. Sin embargo, el proceso requiere mucha mano de obra y puede ser muy difícil de lograr de manera oportuna y económica para los edificios de estructura ligera.