4 cosas que no sabías sobre el karma (y cómo hacer que funcione para ti)

Aunque el karma se cita comúnmente como una razón para que algo bueno o malo suceda en nuestras vidas, la mayoría de la gente no entiende el verdadero significado de este concepto espiritual que ha existido durante miles de años. Esto es lo que necesitas saber sobre lo que realmente es, cómo funciona y qué puedes hacer al respecto.

1. El karma no es un sistema de trueque.

¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: «Oh, debe haber sido un mal karma», en respuesta a algo inconveniente o a una situación que no se desarrolla como ellos pensaban? O tal vez hayas oído a alguien decir: «Supongo que ahora tengo un buen karma», después de abrirle la puerta a un desconocido o de hacerle un favor a un familiar.

Aunque tus acciones tienen un impacto en la calidad de tu vida, en realidad no es así como funciona el destino. Es mucho más sutil, mucho más complejo y mucho más significativo.

Este concepto no sólo se aplica a los seres humanos. Ocurre a nuestro alrededor. Las plantas, los animales, los árboles, cada uno de los cinco elementos -agua, aire, fuego, etc.- y otros más tienen su propio karma, y estas fuerzas trabajan juntas, permitiendo que las flores florezcan, que los pájaros canten y que la vida continúe, tal y como la conocemos.

2. El karma personal puede dividirse en tres tipos.

*Karma actual (CK): Esto es lo más cercano a lo que se entiende comúnmente sobre el concepto. Cada vez que se pone en marcha una acción con intención eso es un acto de karma, que, a su vez, tiene consecuencias. En cierto sentido, se cierra el círculo, ya que toda acción tiene una reacción. Con CK, tienes algunas opciones que tomar; tú tienes el control. Si te imaginas tu karma como una granja, el CK es donde puedes plantar las semillas de lo que vayas a cultivar. La granja es neutral y nutrirá lo que sea que plantes, así que depende de ti si eliges acciones que planten semillas positivas o negativas.

*Karma acumulado (AK): Este tipo ya está en forma de semilla, pero no ha llegado a fructificar, lo que significa que aún no lo has experimentado. No todo el AK fructifica en una vida. Piénsalo de esta manera: En tu granja de karma, hay diferentes tipos de semillas, y algunas se cosechan después de 10 años, mientras que otras se cosechan después de 500. No tenemos ningún control sobre esto; las semillas -buenas, malas y neutras- simplemente crecen y se manifiestan a su propio ritmo.

*Tu destino: Cuando el AK llega a buen puerto, se convierte en tu destino. Entonces, vives tu destino.

Estos tres tipos se unen para formarte como persona, tu naturaleza y tu ser en general. El karma no son sólo tus intenciones, sino también tus pensamientos, sentimientos, experiencias e inteligencia del corazón.

3. Tú elegiste tu propio karma.

Una cosa que puede ayudar a la gente a poner este concepto espiritual en perspectiva es que tú has elegido tu propio destino. Cuando naciste, tu alma asumió un cuerpo, que pudo elegir entre diferentes vidas y karmas.

Esencialmente, tu alma utiliza sus aprendizajes de vidas pasadas para elegir y crear la vida que estás viviendo actualmente. Sabe lo que puedes manejar y lo que no puedes soportar. Conoce tu pasado, tu presente y tu futuro. Lo sabe todo. Elige tener un cierto tipo de vida, y eso le permite avanzar gradualmente hacia el propósito superior de su alma.

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4. Cambiar tu karma es posible, pero no es sencillo.

Si tienes un mal karma con el que naciste o que has acumulado a lo largo de tu vida, entonces no puedes simplemente reemplazarlo con un buen karma. Ninguna cantidad de acciones «buenas» eliminará el karma negativo de tu destino.

Entonces, ¿qué puedes hacer? Puedes reducir la intensidad del karma negativo que tienes estableciendo tu intención muy claramente y poniendo en marcha una acción dirigida al karma negativo. Aquí es donde entran en juego todas las prácticas espirituales, como la meditación, así como la caridad y las donaciones. Si haces esto de forma efectiva, cuando ese karma negativo fructifique, será menos intenso.

En lugar de poner energía en deshacerte del mal karma, piensa en lo que puedes hacer para plantar semillas de karma positivo. ¿Qué acciones puedes llevar a cabo para hacer del mundo un lugar mejor, facilitar la vida de otra persona o ser una influencia positiva? A través de esas acciones, tienes la oportunidad de influir en tu destino.

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