Las tráqueas se abren al exterior a través de pequeños orificios llamados espiráculos. En el saltamontes, los segmentos primero y tercero del tórax tienen un espiráculo a cada lado. Otros 8 pares de espiráculos están dispuestos en línea a cada lado del abdomen. Los espiráculos están protegidos por
- válvulas controladas por músculos que permiten al saltamontes abrirlos y cerrarlos
- pelos que filtran el polvo cuando el aire entra en los espiráculos
El experimento ilustrado (realizado por primera vez por el fisiólogo de insectos Gottfried Fraenkel) muestra que hay un flujo de aire unidireccional a través del saltamontes. Las juntas líquidas del tubo se mueven hacia la derecha cuando el aire entra en los espiráculos del tórax y es descargado a través de los espiráculos del abdomen. El diafragma de goma sella el tórax del abdomen. El flujo unidireccional de aire aumenta la eficiencia del intercambio de gases, ya que el aire enriquecido con CO2 puede ser expulsado sin mezclarse con el flujo entrante de aire fresco.
El intercambio de gases en los insectos acuáticos
Incluso los insectos acuáticos utilizan un sistema traqueal para el intercambio de gases.
- Algunos, como las larvas de mosquito («wigglers»), obtienen el aire introduciendo un tubo de respiración -conectado a su sistema traqueal- a través de la superficie del agua.
- Algunos insectos que pueden sumergirse durante largos periodos llevan consigo una burbuja de aire de la que respiran.
- Otros tienen espiráculos montados en las puntas de las espinas. Con ellos perforan las hojas de las plantas subacuáticas y obtienen el oxígeno de las burbujas formadas (por la fotosíntesis) dentro de las hojas.
- Incluso en los insectos acuáticos que tienen branquias, después de que el oxígeno se difunde desde el agua a las branquias, se difunde a través de un sistema traqueal lleno de gas para su transporte a través del cuerpo.
Contribuidores y atribuciones
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John W. Kimball. Este contenido se distribuye bajo una licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported (CC BY 3.0) y ha sido posible gracias a la financiación de The Saylor Foundation.