Hay algunos alimentos en los que rara vez, o nunca, pensamos, y suelen ser los que nos regalan después de las comidas: los caramelos de menta de después de la cena, por ejemplo, o ese omnipresente «postre» envuelto en celofán conocido como galleta de la suerte. Así que dediquemos unos minutos a responder por fin a la pregunta: «¿Qué pasa con las galletas de la fortuna?»
12 cosas que no sabías sobre las galletas de la fortuna Gallery
Cuando vas a un restaurante chino en Estados Unidos, esperas un cierto nivel de consistencia de la experiencia general. En muchos sentidos, los restaurantes chinos son como las pizzerías: tienes una expectativa de lo que vas a obtener, y la mayoría de las veces obtienes exactamente eso.
Cuando entras en un restaurante chino, puedes anticipar una atmósfera consistente y un menú bastante estándar. Lo mismo ocurre con la comida: El pollo con sésamo es el pollo con sésamo, y vayas donde vayas, esperas que sea más o menos igual que la última vez que lo pediste, estés donde estés. Y al final de la comida, esperas recibir una galleta de la fortuna con tu cuenta. La abres, lees tu «fortuna» (que suele ser más bien un proverbio), te comes la galleta, pagas la cuenta y sigues tu camino feliz.
Pero hay una larga historia detrás de cada galleta de la fortuna. ¿Quién las hace? ¿De dónde vienen? ¿Qué es ese sabor tan difícil de identificar? ¿Y quién piensa en todas esas fortunas? Ya es hora de que respondamos a estas preguntas de una vez por todas. Así que si quieres presumir de conocimientos serios la próxima vez que rompas una galleta de la fortuna, sigue leyendo para aprender todo lo que siempre quisiste saber sobre las galletas de la fortuna.