El otoño está oficialmente en pleno apogeo. Los jerséis se sacan de los armarios, las parrillas se guardan para la temporada y el fútbol está en la mente de todos. Y cuando las hojas empiezan a cambiar de color y el aire se vuelve más fresco, la única bebida que realmente puede satisfacer las ansias de la temporada es la sidra de manzana. Será difícil encontrar una bebida mejor que un vaso de sidra fría (o caliente) para bajar ese donut de sidra de manzana que compró el sábado por la mañana en el mercado de agricultores.
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La sidra de manzana se elabora machacando manzanas frescas hasta que adquieren la consistencia de un puré de manzana. A continuación, el puré se envuelve en un paño, se coloca en bastidores de madera y se exprime a través de una prensa hidráulica para obtener la sidra. Si la sidra se filtra para eliminar la pulpa y los sedimentos, puede llamarse zumo de manzana, pero si se sirve sin filtrar, es sidra.
Aunque el viejo dicho «una manzana al día mantiene alejado al médico» siempre será cierto, lo mismo puede decirse, en muchos sentidos, de la sidra de manzana. Dado que la sidra se elabora a partir de fruta fresca prensada, contiene muchos de los mismos nutrientes que las manzanas enteras. Además, como la sidra no se filtra, retiene aún más nutrientes que el zumo de manzana, un eterno favorito de las fiambreras, ya que muchos de los mejores nutrientes se encuentran en los sólidos pulposos de la fruta.
Así que cuando salga a recoger manzanas en otoño o a recorrer el mercado de los agricultores, no olvide la sidra de manzana. Estos beneficios para la salud son razón suficiente para tomarla durante toda la temporada.