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En los países industrializados, casi una de cada tres personas se ve afectada por alergias en algún momento de su vida. Uno de cada diez niños sufre dermatitis atópica. Las células T desempeñan un papel importante en este tipo de afecciones inmunitarias. Son un aspecto vital de la resistencia del cuerpo a las infecciones, pero, si no se controlan, también pueden desarrollar respuestas patológicas y empezar a atacar partes de nuestro cuerpo o sustancias inocuas como los alérgenos.

Cuando se producen estas funciones, las células Th2, un subgrupo de células T, pueden causar afecciones inflamatorias de la piel como la dermatitis atópica. Esto implica un aumento de la producción de las proteínas interleucina 4 (IL-4) e interleucina 13 (IL-13). Todavía se desconoce qué desencadena el mal funcionamiento de la señalización.

Más células Th2 bajo la influencia de los iones de sodio

La sal de mesa, conocida científicamente como cloruro de sodio, es esencial para la salud de los seres humanos y los animales. En el cuerpo se presenta en forma de iones de sodio y cloro. En un estudio reciente, Christina Zielinski, profesora del DZIF en el Instituto de Virología de la TUM, y su equipo pudieron demostrar que el cloruro de sodio puede inducir un estado en las células T humanas que les hace producir mayores cantidades de las proteínas IL-4 e IL-13.

Tipos de células T, que no deberían causar alergias, pueden, en presencia de la sal, convertirse en células Th2. Los cambios se invierten cuando la célula T se expone de nuevo a niveles de sal más bajos. «En consecuencia, las señales iónicas sí desempeñan un papel en la generación y el control de las células Th2», afirma Christina Zielinski.

Los niveles de sal altamente elevados en la piel de los pacientes que sufren dermatitis atópica

Como médico especialista en el campo de la dermatología, Zielinski se interesa naturalmente por la dermatitis atópica. Su equipo investigó si las regiones de la piel afectadas de los pacientes con dermatitis atópica presentan niveles elevados de sodio.» Medir las concentraciones de sodio en los tejidos es complicado», explica la primera autora del estudio, Julia Matthias. «La sal disuelta en la sangre puede medirse con métodos clínicos estándar. Pero para la piel, necesitábamos la ayuda de colegas de química y física nuclear». Analizaron las muestras de piel en la Fuente de Neutrones de Investigación Heinz Maier-Leibnitz (FRM II) de la TUM y en el Instituto de Química Nuclear de la Universidad de Maguncia mediante análisis de activación de neutrones. Los niveles de sodio en las zonas afectadas de la piel de los pacientes que padecen dermatitis atópica resultaron ser hasta 30 veces superiores a los de la piel sana.

Condiciones ideales para que las bacterias prosperen en condiciones salinas

«Los mayores niveles de sodio en la piel afectada coinciden perfectamente con otra característica de la dermatitis atópica», afirma Christina Zielinski. «Se sabe desde hace tiempo que los pacientes con esta enfermedad tienen niveles elevados de la bacteria Staphylococcus aureus en la piel. Se trata de una bacteria que prospera en condiciones de salinidad, a diferencia de otras bacterias comensales, a las que la sal perjudica». Zielinski cree que esta idea, junto con otras y los resultados de la investigación actual, apuntan a una relación entre la sal y la aparición de la dermatitis atópica.

«Sin embargo, aún no hemos podido demostrar cómo estas grandes cantidades de sal llegan a la piel», reconoce. «Por esa razón, tampoco estamos seguros de cómo una dieta baja en sal o alta en sal podría estar relacionada con la aparición y la progresión de la dermatitis atópica u otras afecciones alérgicas». La profesora Zielinski y su equipo esperan responder a estas y otras preguntas en futuros estudios interdisciplinarios.

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